2022 Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible

lunes, 20 de septiembre de 2010

Alzheimer (¿Def Con Dos?)

Mañana se acabará el Verano y dará paso al Otoño. ;) ¿Sólo eso? Tal vez algunos no lo sepan o nadie se lo haya recordado o no se acuerden, pero será el día internacional del Alzheimer y 2011, entre otras cosas, también estará dedicado a la investigación de esta enfermedad.

Es bueno mantener recuerdos, y aunque lo pasado pasado está y sólo es el cimiento sobre el que se asienta el presente y se construirá el futuro, el que olvida su pasado se condena a repetirlo (aún así uno no se libra de que ello ocurra). Por ese motivo, personalmente, le doy mucha importancia a intentar no olvidarme de nada y cuando me sucede me da mucha rabia. Si cuando uno todavía es joven le suceden cosas así en la avanzada madurez de la persona debe ser terrible.

Que te pregunten por alguien a quien esa misma persona acaba de ver hace tan sólo un momento es casi una nimiedad comparado con otras situacines de la vida cotidiana, pero sí es claro ejemplo de lo que puede suponer este mal.

Tan sólo añadir mi apoyo a todos aquellos que de una u otra manera se ven afectados por una circunstacia similar a esa. En parte somos lo que proyectamos de nosotros mismos en los demás y cuando a alguien quien se aprecia le falta ese conocimiento también es como perder una parte de uno, aunque pueda suponer el menor de los males.

("Hay que haber empezado a perder la memoria, aunque sea sólo a retazos, para darse cuenta de que esta memoria es lo que constituye toda nuestra vida. Una vida sin memoria no sería vida… Nuestra memoria es nuestra coherencia, nuestra razón, nuestra acción, nuestro sentimiento. Sin ella, no somos nada…" Luis Buñuel Portolés (1900-1983). Director de cine español.)


P.D.: Los interrogantes no son porque no recuerde si es o no el grupo, ni tampoco porque ya lo usase en el anterior post, sino más bien por el hecho de que pienso que la ironía de la letra de este tema, y que da nombre también al disco, tal vez no sea demasiado apropiada para usarla esta vez. Quien quiera ver un video de la misma aquí lo enlazo. Por ello al final he utilizado la canción de la banda italiana "Dark Lunacy" "Forget me not", de su álbum homónimo. Significa "No me olvides" que curiosamente nombra también a unas florecillas por las que he tenido un excepcional aprecio desde mi infancia, curiosamente la mayoría son de cierto lugar que, posibles frikadas aparte que por aquel entonces no conocía, me encantaría poder visitar algún día.

P.D.2: Sobre recuerdos/olvidos y esas cosas no estaría mal visionar tanto la genial Memento, como "Dark City" (de Alex Proyas, director de películas como "El cuervo" o "Yo, robot", teniendo en cuenta que el film es de 1998 y "The Matrix" de 1999, así que cualquier parecido es sólo producto de vuestra imaginación) o leer "Tigana" (sobre la lucha de un pueblo por recuperar su nombre y su identidad del sistemático y displicente olvido perpetuo al que les mantiene sometido el gobernante invasor). También podeis ver algunas referencias al final del primer enlace a wikipedia.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Trabajando para Dios (Def Con Dos)

Este video va por cierto aniversario. Seguro que más de uno puede sentirse identificado e incluso alguno puede que se replantee ciertas cosas ;)


Buscando curro debajo de las piedras,
cansado de llamar a todas las puertas,
harto de citas con tipos casposos
que pasan de ti como de un leproso.

Y acudes a todos los anuncios,
rellenas formularios absurdos,
dejas tus datos, nadie te llama
y acumulas palmadas en la espalda.

Y en casa la misma charla:
"Vago, haragán", grita la vieja,
"Ésto no es ningún balneario.
A ver si te ganas ya los garbanzos".

Hasta que un día que estás en casa
mirando en la ventana a la gente que pasa,
te fijas, atentamente,
en las monjas guarras del convento de enfrente,
lo bien que viven, lo bien que se lo pasan
haciendo que hacen sin dar un palo al agua.

Y, ¡albricias!, se enciende la bombilla:
esta empresa no estaba en mi lista.
Qué torpe he sido, ahora caigo,
en la Iglesia nunca hay paro.
He visto la luz, ¡hip, hip, hurra!
Mi futuro está en ser un cura.

Ora pro nobis, ¡yeah!
Ora pro nobis, ¡yeah, yeah!

Y me chupo muchos años de seminario,
comiendo, durmiendo y rezando.
Me aprendo al dedillo los Santos Evangelios,
canto, medito y a veces me la pelo.

Hasta que me examinan y apruebo sacerdote,
me dan un alzacuello, un uniforme,
paga extra, un mes de vacaciones,
mi parroquia, mi cáliz y mis cuatro pobres.

Trabajando, trabajando para Dios.
Ahora las hostias las doy yo.

Y a currar como un loco para una gran empresa
multinacional que nunca quiebra.
Reparto bendiciones, desvirgo monaguillos,
sobo ancianas y me guardo los cepillos.

Un solo patrón, un solo sindicato,
director general: el Espíritu Santo.
Así que si no quieres seguir parado
aprende a ganarte la vida rezando.

Ora pro nobis, ¡yeah!
Ora pro nobis, ¡yeah, yeah!
Trabajando, trabajando para Dios.
Ahora las hostias las doy yo.

martes, 7 de septiembre de 2010

Rule the world (Kamelot)

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/a/a0/The_Sword_of_Truth_cover_designs.png
Bueno y ya que estamos con Sword of Truth (Facebook/Sword of Truth) os dejaré también con una serie de enunciados a los que no les falta razón.
Wizard's first rule: Zeddicus Zu'l Zorander
Wizard's First Rule: Chapter 36, page 397
La gente creerá una mentira, porque quieren creer que es cierta o porque tienen miedo de que lo sea.
Es la motivación propia, casi cualquier persona creerá cualquier cosa. Porque las personas son estúpidas, creerán una mentira porque quieren creer que sea cierta, o porque están demasiado asustados de que lo sea. La gente se llena la cabeza de conocimientos, hechos y creencias. La mayoría de ello es falso, aún así piensan que es cierto. Las Personas son estúpidas; raramente son capaces de diferenciar entre una mentira y la verdad, y aún así no pueden estar seguros, por esta razón es muy fácil engañarlos.
Wizard's second rule: Nathan Rahl
Stone of Tears: Chapter 63, page 634
De las mejores intenciones puede salir un gran mal.
Suena paradójico, pero la amabilidad y las buenas intenciones pueden ser un insidioso camino hacia la destrucción. A veces, hacer lo que parece bien está mal y puede perjudicar. El único modo de impedir que eso suceda es el conocimiento, la sabiduría, la previsión y la comprensión de la Primera Norma. Pero en ocasiones ni siquiera con todo eso basta.
Wizard's third rule: Kolo
Blood of the Fold: Chapter 43, page 360
Las pasiones dirigen la razón, e impiden tomar la decisión más correcta.
Wizard's Fourth Rule: Shota
Temple of the Winds: Chapter 41, page 318
Hay magia en el perdón más sincero; en el perdón que das pero más aun en el perdón que recibes.
Wizard's Fifth Rule: Kolo
Soul of the Fire: Chapter 28, page 205
Juzga a las personas por sus actos y no por sus palabras, pues los actos delatan las mentiras.
Wizard's Sixth Rule: Richard
Faith of the Fallen: Chapter 41, page 319
El único soberano que puede gobernarte es la razón.
La primera ley de la razón es esta: Lo qué existe, existe; lo qué es, es. Y a partir de este principio fundamental se construye todo conocimiento. En ello se fundamenta la vida.
El pensamiento es una elección. Los Deseos y los caprichos no son hechos ni en ellos podemos descubrir su significado. La Razón es la única manera de entender la realidad; es nuestra herramienta básica de supervivencia. Somos libres de eludir el esfuerzo de pensamiento, de rehusar la razón, pero no somos libres para evitar la pena del abismo que rechazamos ver. Fé y sentimientos son las tinieblas que nublan la luz de la Razón. Al rehusar la razón, rechazando pensar, uno abraza muerte.
Wizard's Seventh Rule: Richard
Pillars of Creation: Chapter 60, page 549
La vida es el futuro, no el pasado.
El pasado nos puede enseñar, por las experiencias, cómo hacer las cosas en el futuro, nos consuela con buenos recuerdos, y nos proporciona la seguridad de saber lo que ya ha sido cumplido. Pero sólo la vida controla el futuro. Vivir en el pasado es abrazar lo que está muerto. Para aprovechar la vida por completo cada día tiene que verse como el principio de algo nuevo. Nosotros, los seres racionales, tenemos que utilizar nuestro intelecto, no vivir de una devoción ciega por lo que fuimos, solo así podremos hacer elecciones racionales.
(Facebook/Conocer el pasado es la única forma de entender el presente y de intuir el futuro)

P.D.: Hay unas cuantas más, pero estas que os escribo son las que pienso que tienen más peso. También se podría añadir algo de "El arte de la guerra" de Sun Tzu, pero eso a lo mejor en otra ocasión, vayamos a decepcionar a todos los que lo prejuzgan por su título.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Sobre gente que deja a otros 5

03 – La piedra de las lágrimas / Continuación del extracto del capítulo 20

Haciendo gala de una tranquilidad que provocó un escalofrío en la espalda a la hermana XX5 y la dejó casi sin aliento, la mujer volvió la cara hacia ella y se quitó la capucha.
El amenazante resplandor anaranjado de sus ojos desapareció, siendo reemplazado por el habitual azul pálido con motas violeta que XX5 conocía tan bien.
—Hermana XX5 —la saludó en tono de befa, como burlona era la sonrisa de sus labios—. ¿Has disfrutado con el espectáculo? Seguro que sí.
XX5 se puso en pie despacio, completamente atónita. La Hermana que había sostenido la mordaza también se levantó y se retiró la capucha.
—XX5, querida —le dijo—, qué amable eres al mostrar tanto interés por nuestro pequeño grupo. No sabía que eras tan estúpida. ¿De veras creíste que te dejé ver el quillion en mi despacho por descuido? ¿Que no sabía que alguien estaba interesado? Tenía que descubrir quién merodeaba y metía las narices en lo que no le importaba. Así pues, dejé que lo vieras. No estuve del todo segura hasta que nos seguiste. —Su sonrisa heló a XX5—. ¿Nos tomas por idiotas? Vi perfectamente el charco de han que conjuraste para que lo pisáramos. Qué lástima, para ti.
XX5 aferraba con fuerza la flor de oro que llevaba al cuello, y hundía las uñas en la palma de su mano. ¿Cómo era posible que hubiesen visto el charco de su han? La respuesta era trágicamente simple: las había subestimado. Había subestimado lo que podían hacer con el don. Y ese error iba a costarle la vida.
Pero sólo la suya. Sólo la suya. XX5 rogó al Creador que sólo fuera la suya. Sentía la presencia de XY2 a su lado.
—XY2 —susurró—, corre. Yo trataré de contenerlas mientras tú huyes. Corre, amor mío. Sálvate.
—Creo que prefiero quedarme, «amor mío». —La poderosa mano del joven la agarró por el brazo. XX5 no podía dejar de mirar esa expresión cruel y vacía—. Traté de salvarte, XX5. Intenté que regresaras, pero tú no quisiste escucharme. Si logro que jure, ¿no podríamos... —preguntó a la Hermana situada al otro lado del claro. Ésta se limitó a mirarlo iracunda—. No, supongo que no. —XY2 suspiró.
De un fuerte empellón, la empujó hacia el calvero. XX5 trastabilló y se detuvo al borde de las velas. Se sentía como entumecida. Su mente se negaba a trabajar, y no podía hablar.
—¿Se lo ha contado a alguien más? —preguntó a XY2 la Hermana que estaba al mando, entrelazando las manos al frente.
—No. Sólo a mí. Quería conseguir una prueba antes de pedir ayuda a otros. No es así, ¿amor mío? —De nuevo, XY2 sacudió la cabeza, y una leve sonrisa asomó en sus labios. En esos labios que ella había besado. XX5 sintió náuseas. ¿Cómo había podido ser tan estúpida?—. Qué lástima.
—Lo has hecho muy bien, XY2. Serás recompensado. Y en cuanto a ti, XX5... bueno, mañana XY2 informará que, después de intentar rehuir las insistentes insinuaciones de una mujer madura, tuvo que rechazarte claramente y con firmeza, y que tú saliste corriendo avergonzada y humillada. Si vienen aquí y encuentran tus huesos, se confirmarán sus temores de que preferiste poner fin a tu vida porque te sentías indigna de seguir viviendo como Hermana de la Luz.
—Entrégamela. Deja que ponga a prueba mi nuevo don. Deja que lo disfrute —rogó la Hermana de los ojos moteados.
Esos ojos mantenían a XX5 helada. Su mano continuaba aferrando la flor del colgante. El abrumador dolor de saber que XY2 la había traicionado apenas la dejaba respirar.
XX5 había suplicado al Creador que diera fuerzas a XY2, fuerzas para ayudar al prójimo, aunque no sabía quién era ese prójimo. Y el Creador había escuchado todas sus plegarias, sus insensatas plegarias.
[…]
Confusa, XX5 se dio cuenta que estaba tirada en el suelo y miraba hacia las hermosas estrellas, la obra del Creador. No podía respirar, simplemente no podía.
Era extraño. No recordaba que el aire la hubiera golpeado, sólo que de pronto algo la había dejado sin respiración. Sentía frío, aunque tenía algo cálido en la cara, cálido y húmedo. Era un consuelo.
Sus piernas se negaban a moverse. Por mucho que lo intentara, no lo lograba. Haciendo un supremo esfuerzo consiguió levantar un poco la cabeza. Las Hermanas no se habían movido, pero ahora parecían estar más lejos. Todas la miraban, y XX5 hizo lo mismo.
Algo iba terriblemente mal.
Por debajo de las costillas apenas tenía nada, sólo despojos de sus entrañas y nada más. Donde debería haber estado el resto de su cuerpo no había nada. ¿Qué había pasado con sus piernas? Tenían que estar en alguna parte.
Sí, allí estaban. A cierta distancia, donde antes estaba ella de pie.
Así pues, por eso no podía respirar. No comprendía cómo el aire le había hecho eso; era imposible. Al menos, no en manos de una Hermana. Era un milagro.
«Creador, Creador, ¿por qué no me has ayudado? Yo hacía tu trabajo. ¿Por qué has permitido que esto pasara?»
Debería dolerle, ¿no? Debería sufrir al haber sido desgarrada por la mitad. Pero no, no sentía el más mínimo dolor.
Frío. Solamente sentía frío. Sin embargo, la cálida masa de sus entrañas contra el rostro la aliviaba, le daba calor. XX5 se consoló con ese calor.
Tal vez no le dolía gracias al Creador. «Creador, te doy las gracias. Lo he hecho lo mejor que he podido. Lo siento, te he fallado. Tendrás que enviar a otra.»
Unas botas se acercaron. Era XY2, su marido, un monstruo.
—Traté de avisarte, XX5. Traté de mantenerte lejos. No puedes decir que no lo intentara.
XX5 tenía los brazos extendidos a ambos lados. En la mano derecha notaba aún la flor de oro. No la había soltado. Pese a que la habían partido en dos, no la había soltado. Ahora quiso hacerlo, pero la mano no se le abría. Ojalá tuviera fuerza suficiente para dejar ir la flor. No quería morir con ella en la mano. Pero le era imposible soltarla.
«Creador mío, también te he fallado en esto.»
Total, al final ¿Cuál es
P.D.: No suelo escuchar el estilo musical anterior, pero su letra es ciertamente reveladora. A lo mejor termina siendo más correcto
P.D.2: Espero que el seguimiento de estos textos os haya gustado y llevado a alcanzar ese objetivo de reflexionar algo. ¡Muito obrigado! 
P.D.3: Para finales de Octubre la siguiente entrega.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Sobre gente que deja a otros 4

03 – La piedra de las lágrimas / Extracto del capítulo 20

XX5 sacudió la cabeza mientras suspiraba.
—Es posible que tengas razón, pero es nuestra única oportunidad. No se me ocurre nadie más que pudiera ayudarnos. Debo acudir a ella. XY2, te lo suplico, regresa —imploró, rozándole la cara con la yema de sus dedos—. Así, si algo me pasara, tú podrías hacer algo. Alguien lo sabría.
—No. No pienso dejarte sola. Si me obligas a volver, iré a contárselo todo a la Prelada. Te amo y prefiero morir antes que vivir sin ti.
—Pero debemos pensar en otros. Hay otras vidas en juego.
—No me importa nadie más. Por favor, XX5, no me pidas que te deje sola ante el peligro.
—A veces me sacas de quicio, amor mío. —La Hermana cogió las manos del joven entre las suyas y le dijo—: XY2, si nos cogen...
—Si estamos juntos, acepto el riesgo.
—En ese caso, ¿quieres ser mi marido, tal como hablamos? —le preguntó, entrelazando sus dedos—. Si muero esta noche, quiero morir siendo tu esposa.
XY2 la atrajo hacia sí colocándole una mano detrás de la cabeza. Entonces le apartó el pelo de la oreja y le susurró suavemente:
—Eso me haría el hombre más feliz del mundo. Te quiero tanto, XX5. Pero ¿cómo podemos casarnos aquí y ahora?
—Podemos hacer los votos. Nuestro amor es lo que cuenta, no que haya otra persona que pronuncie los votos por nosotros. Las palabras que nazcan de nuestro corazón nos unirán más estrechamente de lo que podría hacerlo nadie.
—Éste es el momento más feliz de mi vida —declaró XY2, abrazándola con fuerza. Entonces se retiró y volvió a cogerla de las manos. En la oscuridad se miraron el uno al otro—. Yo, XY2, prometo ser tu esposo en la vida y en la muerte. Te ofrezco mi vida, mi amor y mi devoción eterna. A partir de ahora estamos unidos a los ojos y el corazón del Creador, así como a los nuestros.
La mujer susurró las mismas palabras mientras las lágrimas le corrían por las mejillas. Nunca se había sentido tan asustada y tan feliz en toda su vida. Lo deseaba tanto que temblaba. Cuando acabaron de pronunciar los votos, se besaron. Fue el beso más tierno y más cariñoso que XY2 le hubiera dado jamás. De los ojos de XX5 seguían brotando lágrimas mientras se abrazaba a él y le besaba los labios. Con las manos se aferraba a sus anchos hombros, atrayéndolo hacia ella. Los brazos del joven rodeándola la hacían sentir más segura y más amada de lo que nunca se había sentido. Al fin se separaron.
—Te quiero, esposo mío —dijo XX5, pugnando por recuperar el aliento.
—Te quiero, esposa mía, por siempre jamás.
La Hermana sonrió. Aunque no podía ver en la oscuridad, sabía que él también sonreía.
—Vamos a ver si encontramos alguna prueba y podemos detener a las Hermanas de las Tinieblas. Hagamos que el Creador se sienta orgulloso de las Hermanas de la Luz y de un futuro mago.
—Prométeme que no harás nada descabellado —le pidió XY2, apretándole una mano—. Prométeme que no tratarás de hacer nada demasiado arriesgado. Quiero que pasemos lo que queda de noche en nuestra cama y no aquí, en el bosque.
—Tengo que averiguar qué se proponen y ver si hay un modo de demostrárselo a la Prelada. Pero son más poderosas que yo y, al menos, son once. Por si fuera poco, si realmente son Hermanas de las Tinieblas, pueden usar la Magia de Resta, y contra ello no tenemos defensa.
»No sé cómo vamos a arrebatarles el quillion. Tal vez encontremos algo más que nos sirva como prueba. Si tenemos los ojos bien abiertos y dejamos que el Creador nos guíe, tal vez éste nos revelará qué podemos hacer. Pero no quiero que ni tú ni yo nos arriesguemos más de lo necesario. No deben descubrirnos.
—Perfecto. Eso es justo lo que deseo —repuso XY2.
—Pero, XY2, soy una Hermana de la Luz, lo cual significa que tengo responsabilidades hacia el Creador y hacia sus otras criaturas. Aunque ahora seamos marido y mujer, mi trabajo sigue siendo guiarte. En esto no somos iguales: yo estoy al mando y sólo permitiré que me acompañes si me prometes que será así. Aún no eres un mago de pleno derecho. Si te digo algo, debes obedecerme. Sigo controlando mejor mi han que tú.
—Lo sé, XX5. Una de las razones por las que deseaba ser tu esposo es que te respeto. No quiero tener una mujer débil. Tú siempre has sido mi guía, y eso no va a cambiar ahora. Tú me has dado todo lo que tengo. Te seguiré siempre.
—Eres maravilloso, esposo mío. Realmente maravilloso —replicó la mujer, sonriendo y meneando la cabeza—. Serás un mago extraordinario. Nunca te lo había dicho, porque temía que se te pudiera subir a la cabeza, pero algunas de las Hermanas creen que te convertirás en el mago más poderoso que ha existido en los últimos mil años.
El joven nada dijo, y XX5 no podía verle la cara, pero estaba segura de que se había sonrojado.
—XX5, tus ojos son los únicos que quiero ver llenos de orgullo por mí.
La Hermana lo besó en la mejilla y, mientras lo cogía de la mano, dijo:
—Vamos a ver si podemos detener todo esto.
[…]
Aunque deseaba que XY2 estuviera en palacio, a salvo, se alegraba de tenerlo a su lado. Sabía que el joven nada podía hacer para ayudarla, pero era un alivio poder confiar en él. En su marido. XX5 sonrió al pensarlo. Si algo le ocurría a él, jamás se lo perdonaría. De ser necesario, lo protegería con su vida.
[…]
XY2 la agarró por el brazo y la obligó a detenerse. Le acercó la boca al oído y murmuró:
—Por favor, XX5, regresemos ahora, antes de que sea demasiado tarde. Tengo miedo.
—¡XY2! —lo reprendió la mujer, aferrándolo por el collar con una mano—. ¡Esto es importante! Yo soy una Hermana de la Luz y tú un mago. ¿Para qué crees que te he estado enseñando? ¿Para que hagas trucos en la calle en día de mercado y que la gente te arroje monedas? Ambos servimos al Creador. Él nos ha dado todo lo que tenemos para que lo usemos para ayudar a quienes están en peligro. Eres un mago. ¡Actúa como tal!
A la tenue luz, la Hermana apenas distinguía sus ojos, muy abiertos. Los músculos del joven se relajaron y hundió ligeramente los hombros.
—Lo siento. Tienes razón. Cumpliré con mi obligación. Lo prometo.
—Yo también tengo mucho miedo —dijo XX5, ya más apaciguada—. Toca tu han, querido XY2, y mantenlo bien sujeto, aunque no con demasiada fuerza. Sujétalo de manera que puedas liberarlo en cualquier momento, si es necesario, tal como yo te he enseñado. En caso de que algo ocurra, no lo retengas. No tengas miedo de hacerles daño. Si realmente debes usar tu poder, utilízalo todo o no bastará. No pierdas la cabeza. Eres suficientemente fuerte para poder defenderte. Puedes hacerlo, XY2. Ten fe en lo que te he enseñado, en todo lo que todas las Hermanas te han enseñado. Ten fe en el Creador y también en lo que Él te ha dado. Lo posees por alguna razón, como todos. Quizá sea ésta la razón; tal vez esta noche debas cumplir tu destino.
De nuevo, XY2 asintió, y XX5 volvió a seguir las relucientes huellas que se internaban en la tupida vegetación. Iban sorteando árboles hacia el centro de la hondonada, de donde procedía el cántico. Cuanto más se acercaban, más intenso era el picor que le producían en la piel esas voces. Eran voces de Hermanas. XX5 creyó reconocer algunas de ellas.
«Querido Creador —rogó—, dame fuerza para hacer lo que debo hacer para cumplir tus designios. Da también fuerza a XY2. Ayúdanos a servirte y a ayudar a otros.»
Entre las hojas parpadeaban lucecitas. XX5 y XY2 se fueron aproximando sigilosamente.
[…]
P.D.: Esta es la primera parte del extracto. Y mañana ¿se descubrirá el misterio o tan sólo serán difamaciones de alguien que se va demasiado de la lengua como en la anécdota de San Felipe Neri de su "Chismosa y la gallina"? Moraleja extraordinaria para aquellos cotillas empedernidos y/o difamadores varios (sobre esto había una escena bastante interesante en Hitch, curioso film cuyo final se desdibuja lo suficiente como para hacerlo regulero).

sábado, 4 de septiembre de 2010

Sobre gente que deja a otros 3

04 – La amenaza del Custodio / Extracto del capítulo 30

En la cresta de una colina de cima redondeada, cerca del lugar en el que habían encontrado a GR ese mismo día, EL gritó su nombre con todas sus fuerzas, deteniéndose sólo para recuperar el aliento. Con los puños apretados a ambos lados, inclinó la cabeza hacia atrás y gritó el nombre de GR. Su voz reverberó en las colinas vecinas, pero la única respuesta fue el silencio.
Exhausto, cayó de hinojos. Pronto llegarían. Las Hermanas usarían su han para localizar al "¿perro?". GR no sabría qué se proponían e, incluso si decidía mantener distancias, la magia lo encontraría y lo mataría. Las Hermanas podían abatirlo cuando estaba en el aire o prenderle fuego.
—¡GR! ¡GR!
Una oscura figura tapó algunas estrellas. El "¿perro?" aterrizó con un ruido sordo e inmediatamente plegó las alas. Entonces ladeó la cabeza y emitió un borboteo.
EL lo cogió por el pelaje.
—¡GR! Escúchame. Tienes que irte. Ya no puedes quedarte aquí. Van a venir a matarte. Tienes que marcharte.
GR lanzó un interrogador gemido que fue haciéndose más agudo mientras levantaba las orejas. Trató de rodear con sus brazos a EL. Pero éste le empujó.
—¡Vete! ¡Me entiendes, sé perfectamente que me entiendes! ¡Vamos, quiero que te marches! ¡Van a tratar de matarte! ¡Vete y no vuelvas nunca!
Las orejas de GR se encogieron e inclinó la cabeza al otro lado. EL le golpeó el pecho con un puño y luego señaló en dirección norte.
—¡Vete! —EL extendió los brazos y volvió a señalar—. ¡Quiero que te marches y no vuelvas nunca!
GR trató nuevamente de abrazarlo y EL volvió a empujarlo. El "¿perro?" tenía las orejas pegadas a la cabeza.
—GR quierrrrg EL aaarg.
Nada deseaba más EL que estrechar a su amigo y decirle que él también le quería. Pero no podía. Estaba allí para tratar de salvarle la vida.
—¡Pues yo no te quiero! ¡Vete y no vuelvas nunca!
GR miró hacia la colina que XX4 había descendido a todo correr y luego miró a EL. Los ojos verdes del "¿perro?" estaban anegados en lágrimas. Trató por última vez de acercarse a su amigo.
Pero EL volvió a alejarlo de sí. GR se quedó allí plantado, con los brazos abiertos. La primera vez que EL había abrazado al peludo "¿perro?", éste solamente era una cría. Desde entonces había crecido mucho, al igual que su amistad y su amor.
GR era el único amigo de EL, pero solamente él podía salvarlo. Si EL realmente lo amaba, tenía que herirlo.
—¡Márchate! ¡No quiero verte nunca más! ¡No eres más que un estúpido saco de pelo! ¡Largo! ¡Si realmente me quieres, haz lo que te digo y márchate!
EL quería seguir gritando, pero tenía un nudo en la garganta que ahogaba sus palabras. Retrocedió unos pasos. GR pareció marchitarse en el frío aire de la noche. Nuevamente abrió los brazos con un lastimero y desesperado quejido. Lloraba de un modo que rompía el corazón.
EL reculó otro paso. GR avanzó hacia él. EL cogió del suelo una piedra y se la lanzó al "¿perro?". La piedra rebotó contra su enorme pecho.
—¡Vete! —gritó, y le arrojó otra piedra—. ¡No quiero verte nunca más!
De los verdes ojos del "¿perro?" brotaban lágrimas que corrían por sus arrugadas mejillas.
—GR quierrrrg EL aaarg.
—¡Si realmente me quieres, márchate!
GR contempló de nuevo la colina por la que XX4 se había ido, dio media vuelta, extendió las alas y, después de echar un último vistazo por encima del hombro, dio un salto en el aire y emprendió el vuelo.
Cuando ya no distinguía la forma oscura del "¿perro?" recortada contra las estrellas ni oía el batir de sus alas, EL se dejó caer al suelo. Había perdido a su único amigo allí.
—Yo también te quiero, GR. Queridos espíritus —sollozó—, ¿por qué me hacéis esto? GR era todo lo que tenía. Os odio. Os odio a todos.
A medio camino de vuelta, lo comprendió. Se quedó inmóvil, con la boca abierta. En la quietud de la noche asió con temblorosos dedos el mechón de pelo de ELLA.
No muy lejos parpadeaban las luces de la ciudad y los tejados brillaban a la luz de la luna. Hasta él llegaban los distantes sonidos de la ciudad.
«Si realmente me amas, lo harás», le había dicho ELLA. Era lo mismo que él había dicho a GR. De pronto lo entendió todo. La impresión lo dejó sin respiración.
ELLA no quería deshacerse de él, sino que pretendía salvarle la vida. Había hecho por él lo mismo que él acababa de hacer por GR.
El dolor por haber dudado de ella lo impulsó a hincarse de rodillas. Debía de haberle roto el corazón. ¿Cómo podía haber dudado de ella?
El collar. Tenía tanto miedo del "¿doble nudo Windsor?", que había estado ciego. ELLA lo amaba. No quería verse libre de él, sino solamente salvarle la vida.
ELLA lo amaba.
EL abrió los brazos y miró hacia el cielo, al tiempo que gritaba:
—¡ELLA me quiere!
De rodillas contempló el mechón de pelo que ELLA le había dado para recordarle su amor. Nunca en toda su vida se había sentido tan profundamente aliviado como en esos momentos. El mundo volvía a tener sentido.
En su mente confluían emociones encontradas. Por una parte se sentía muy abatido por haber tenido que alejar a GR de su lado y porque el "¿perro?" pensara que EL ya no lo quería, pero al mismo tiempo no cabía en sí de gozo al saber que ELLA lo amaba.
Al fin el gozo acabó por imponerse. Decidió que, un día, GR entendería que había sido necesario alejarlo. Un día, se libraría del "¿doble nudo Windsor?", buscaría a GR y haría las paces con él. E incluso si nunca lograba encontrarlo, el "¿perro?" estaría mucho mejor viviendo como tal, cazando y buscando a otros de su especie. Tendría que buscar el camino de la felicidad, como EL.
Nada deseaba más en este mundo que abrazar a ELLA, estrecharla con fuerza y decirle lo mucho que la quería, pero era imposible. Seguía siendo un cautivo de las Hermanas. No obstante, estudiaría, aprendería y se libraría del collar. Luego regresaría junto a ELLA. No le cabía duda de que ELLA lo estaría esperando, pues le había dicho que siempre lo amaría.
P.D.: ¿Y si al final no es así? ¿Y si afecta... a la vostra famiglia. Gli faró un'offerta che non potrà rifiutare? ¿Se te va la cabeza en plan Joe Pesci...
o demuestras que eres todo un

viernes, 3 de septiembre de 2010

Sobre gente que deja a otros 2

03 – La piedra de las lágrimas / Extracto del capítulo 17 

La hermana XX le tendía el "¿doble nudo Windsor?" con una mano. La mirada de la Hermana se posó brevemente en ELLA en muda advertencia, antes de volver hacia EL.
—Has oído las tres razones para ponerte el "¿doble nudo Windsor?" ;). Ésta es tu última oportunidad para recibir ayuda, EL. ¿Aceptas la oferta?
EL apartó los ojos de la mirada fija de la Hermana y se volvió despacio hacia ELLA. Con brillantes ojos grises la miró de arriba abajo, hasta volver a su rostro. Su voz sonó suave, reverente.
—ELLA... el vestido... es maravilloso. Maravilloso.
ELLA no encontraba su voz. El corazón le latía desbocado. La hermana XX pronunció su nombre en tono de seria advertencia.
Por primera vez se dio cuenta de que la hermana XX sostenía algo en la otra mano; el estilete plateado. Pero no lo apuntaba contra ella misma, sino contra EL. Entonces lo supo: si EL no aceptaba, iba a matarlo. Pero EL ni siquiera parecía haber reparado en ese puñal, que destellaba a la tenue luz de la casa de los espíritus. ELLA se preguntó si la Hermana habría usado un encantamiento para que no lo viera.
—Lo has hecho lo mejor que has podido —dijo EL a la Hermana—. Lo has intentado por todos los medios, pero no es suficiente. Te lo repito una vez más: no pienso...
—¡EL! —ELLA avanzó otro paso hacia él, mientras el joven se volvía hacia ella y buscaba sus ojos—. EL —susurró, dando otro paso. La voz se le quebró—. Acepta la oferta. Ponte el "¿doble nudo Windsor?", por favor.
La hermana XX no se movió. Esperaba tranquilamente.
—¿Qué? —inquirió EL, extrañado—. ELLA... no lo entiendes. Ya te dije que nunca...
—¡EL! —El joven se quedó callado mientras la miraba confuso. Acto seguido echó un vistazo a la Hermana, la cual seguía inmóvil empuñando aún el cuchillo, y volvió a mirar a ELLA. Los ojos de ambos quedaron prendidos. ELLA sabía que la Hermana esperaría a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos. La mirada de la mujer reflejaba una dureza que dejaba bien a las claras lo que haría si ELLA no lograba persuadir a EL—. EL, pon mucha atención: quiero que aceptes.
—¿Qué...?
—Acepta el "¿doble nudo Windsor?".
—Los ojos de EL ardieron de furia.
—Ya te lo he dicho. Jamás...
—¡Dijiste que me amabas!
—ELLA, ¿qué te pasa? Sabes que te amo más que...
—Entonces acepta la oferta —lo interrumpió—. Si realmente me amas, acepta el "¿doble nudo Windsor?" y póntelo. Por mí.
El joven la miraba fijamente, con incredulidad.
—¿Por ti? —ELLA se dio cuenta de que tenía que ser más dura. Actuando con amabilidad sólo lo estaba confundiendo. Si quería salvarlo, tenía que actuar más como XX2. «Queridos espíritus —rogó mentalmente—, por favor, dadme la fuerza para hacer esto, para salvarlo.»
»ELLA, ¿qué mosca te ha picado? Ya hablaremos de esto más tarde. Ya sabes cuánto te quiero, pero no pienso...
ELLA apretó los puños y le gritó:
—¡Si me quieres, acepta! ¡No te quedes ahí plantado, diciendo que me amas, si no estás dispuesto a demostrarlo! ¡Me das asco!
EL parpadeó, sorprendido. El tono de su voz se clavó en el corazón de ELLA como un puñal.
—ELLA...
—Si no estás dispuesto a demostrarme tu amor, es que no eres digno de él. ¿Cómo osas decir que me amas?
Los ojos de EL se llenaron de lágrimas y lentamente cayó de rodillas.
—ELLA... te lo suplico...
—¡No te atrevas a replicarme! —EL alzó los brazos para protegerse la cabeza; creía que ELLA iba a golpearlo. Realmente estaba convencido de que iba a hacerle daño. ELLA sintió que el corazón se le partía en dos. Mientras daba rienda suelta a su cólera, lloraba—. ¡Te ordeno que te pongas el "¿doble nudo Windsor?"! ¡No te atrevas a replicarme! ¡Si me amas, póntelo!
—ELLA, por favor —gimió EL—. No me hagas esto. No lo entiendes. No me pidas que...
—¡Lo entiendo perfectamente! —gritó ella—. ¡Entiendo que dices que me quieres, pero no te creo! ¡No te creo! ¡Mientes! ¡Si no te pones el "¿doble nudo Windsor?", es que tu amor es una mentira! ¡Una repugnante mentira!
De rodillas ante ella, ataviada con su vestido azul de boda, EL era incapaz de mirarla a la cara. Con los ojos clavados en el suelo, hacía esfuerzos por decir algo.
—No... no es ninguna mentira. Por favor, ELLA, te quiero. Para mí eres lo más importante que hay en el mundo. Por favor, créeme. Yo haría cualquier cosa por ti, pero...
Sintiéndose morir por dentro, ELLA le cogió un puñado de cabello y lo obligó a levantar la cabeza y a mirarla. En su rostro rondaba la locura. Estaba ido. «Por favor, que sólo sea momentáneo —rogó ELLA—. Por favor, queridos espíritus, que sólo sea momentáneo.»
—¡Palabras! ¡Eso es todo lo que me ofreces! ¡No amor! ¡Ninguna prueba! ¡Sólo palabras sin ningún valor!
Mientras le tiraba del pelo, retrasó la otra mano preparándose para soltarle un bofetón. EL se estremeció y cerró los ojos. ELLA no pudo hacerlo; era incapaz de golpearlo. Ya era suficiente con mantenerse en pie sin arrodillarse a su lado, abrazarlo, decirle cuánto lo quería y tranquilizarlo.
Pero nada iba bien. Si no lo obligaba, EL moriría. Ella era la única que podía salvarlo. Aunque eso la matara a ella.
—No me pegues más —susurró EL—. Te lo suplico, XX2... No.
ELLA se tragó el lamento que pugnaba por escapársele de la garganta y se obligó a hablar.
—Mírame. —EL obedeció—. No te lo pienso repetir más, EL. Si me quieres, aceptarás la oferta y te pondrás el "¿doble nudo Windsor?". Si no, lamentarás haberme desobedecido, te lo juro. Acepta o todo habrá acabado entre nosotros. Todo. —Los ojos de EL vacilaron. ELLA apretó los dientes y prosiguió—: No te lo pienso repetir más, cielito. Ponte el "¿doble nudo Windsor?". ¡Vamos!
ELLA sabía que XX2 solía llamarlo «cielito». Ella misma se lo había dicho, junto con todo lo demás, por lo que sabía el efecto que causaría en el joven ese apelativo. Había confiado no tener que usarlo. En ese instante, EL perdió el último vestigio de cordura que le quedaba. Lo vio en sus ojos; vio lo que temía más que la propia muerte.
Traición.
ELLA le soltó el mechón de pelo mientras él, de rodillas, se volvió hacia la hermana XX. Ésta alzó ligeramente el "¿doble nudo Windsor?" y se lo tendió. A la fría luz, éste tenía un aspecto apagado, gris, muerto. EL lo miró fijamente. Los copos de nieve seguían cayendo lentamente en la queda y discreta luz. La hermana XX lo miraba con cara inexpresiva.
—Muy bien —susurró el joven. Con mano temblorosa fue a asir el "¿doble nudo Windsor?". Sus dedos lo tocaron, se cerraron alrededor de él—. Acepto la oferta. Acepto el "¿doble nudo Windsor?".
—En ese caso, póntelo al cuello y ciérralo —le ordenó la hermana XX, con voz suave.
—Haría cualquier cosa por ti —dijo EL a ELLA en un susurro.
ELLA sintió deseos de morir.
Las manos de EL temblaban de tal modo que creyó que el "¿doble nudo Windsor?" se le caería. Lo sostuvo mientras lo miraba fijamente.
Cuando las manos dejaron de temblarle, inspiró hondo y se lo colocó alrededor del cuello. El "¿doble nudo Windsor?" se cerró con un chasquido, y la juntura desapareció, dejando sólo un anillo de metal perfectamente liso.
La sala quedó en penumbra, aunque aún era de día. Un profundo y ominoso trueno retumbó por la pradera en todas direcciones. No sonaba como ningún trueno que ELLA hubiera oído antes. Lo sentía en el suelo que pisaban sus pies. Tal vez tenía algo que ver con la magia del "¿doble nudo Windsor?".
Pero, al mirar a la hermana XX y ver su expresión, supo que no tenía nada que ver con las Hermanas.
EL se puso lentamente en pie, ante la Hermana.
—Hermana XX, creo que descubrirás que sostener la correa de este "¿doble nudo Windsor?" es peor que llevarlo. Mucho peor —dijo, apretando los dientes.
—Sólo pretendemos ayudarte, EL —repuso la Hermana, muy calmada.
—No creo en las palabras. Tendréis que demostrarlo.
Asustada, ELLA recordó entonces que no había oído la tercera razón de la Hermana.
—¿Y la tercera razón? ¿Cuál es la tercera razón para ponerse el "¿doble nudo Windsor?"? —preguntó.
EL le lanzó una iracunda mirada que ni siquiera su padre habría podido igualar. Por un momento, ELLA se olvidó de respirar.
—La primera razón es quitar los dolores de cabeza y abrir mi mente para que pueda aprender a usar el don. La segunda razón es para controlarme. —EL alzó una mano y agarró a ELLA por la garganta. Su mirada pareció atravesarla—. Y la tercera razón es causarme dolor.
—¡No! ¡Por todos los espíritus bondadosos, no!
EL la soltó. Su expresión se tornó relajada, perdida.
—Espero que te haya demostrado que te amo, ELLA. Espero que ahora me creas. Te lo he dado todo; espero que baste. Ya no tengo nada más que ofrecerte. Nada.
—Sí lo tienes. Más de lo que puedas llegar a imaginarte. Te quiero más que a nada en el mundo, EL.
La mujer alargó una mano para acariciarle una mejilla, pero el joven apartó la mano. Sus ojos lo decían todo: ELLA lo había traicionado.
—¿De veras? Ojalá pudiera creerte —dijo EL, rehuyendo su mirada.
ELLA trató de tragar el doloroso y ardiente nudo que se le había formado en la garganta.
—Prometiste que nunca dudarías de mi amor.
—Es cierto. Lo prometí.
Si hubiese podido descargar su poder contra ella misma, lo habría hecho.
—EL... sé que ahora no lo entiendes, pero he hecho lo que he hecho sólo para que sigas vivo, para evitar que los dolores de cabeza, el don, te maten. Espero que algún día lo entiendas. Yo te esperaré siempre. Te quiero con todo mi corazón.
EL asintió deshecho en lágrimas.
—Si es cierto lo que dices, ve en busca de XY. Dile lo que has hecho. Díselo.
—EL, coge tus cosas y espera fuera con los caballos —ordenó la hermana XX.
EL la miró y asintió. Anduvo hasta la esquina más alejada de la sala y recogió su capa, el arco y la mochila. De dentro sacó las tres correas de cuero; la que tenía el silbato del Hombre Pájaro, la del colmillo de Escarlata y la del agiel de XX2. ELLA miró cómo se las colgaba al cuello deseando tener algo para darle. Frenéticamente buscó en su mente qué podría darle.
—Espera —dijo cuando el joven pasó junto a ella. Le puso una mano en el brazo para detenerlo, empuñó el cuchillo que llevaba al cinto y se cortó un largo mechón de cabello. Ni siquiera pensó en qué hacía, en lo que ocurría cuando las Confesoras se cortaban ellas mismas el pelo.
Lanzando un grito de dolor se desplomó. Una abrasadora oleada de magia recorrió todo su cuerpo, quemando todos los nervios a su paso. ELLA tuvo que luchar para no perder el sentido y controlar el dolor mientras respiraba a bocanadas.
Tenía que seguir consciente, o EL podría marcharse antes de darle el mechón de cabello. Con sólo este pensamiento en la cabeza, se puso en pie a duras penas. Finalmente, el dolor empezaba a ceder.
Aún jadeando, ELLA se arrancó una pequeña cinta azul de la cintura del vestido, la cortó, enrolló el largo mechón de pelo entre dos dedos y lo ató por el centro con la cinta. Bajo la mirada de EL volvió a guardar el cuchillo en su funda y le metió el mechón en el bolsillo de la camisa.
—Para que no olvides nunca que mi corazón está contigo... que te quiero.
EL la contempló largo rato, sin expresión alguna.
—Busca a XY —fue todo lo que dijo antes de dar media vuelta y salir por la puerta.
Una vez que se hubo ido, ELLA se quedó mirando la puerta. Se sentía vacía, perdida, yerta.
La hermana XX se puso a su lado para contemplar juntas la puerta.
—Creo que acabo de presenciar el acto más valiente de toda mi vida —dijo suavemente—. La gente de la Tierra Central es afortunada de tenerte a ti como su Madre Confesora.
—Piensa que lo he traicionado —dijo ELLA, sin apartar los ojos de la puerta—. Está convencido de que lo he traicionado —insistió, mirando a la Hermana con los ojos anegados de lágrimas.
La Hermana escrutó su faz unos minutos.
—No lo has hecho. Te prometo que, un día, le ayudaré a comprender lo que has hecho hoy por él.
—Por favor, no le hagas daño —imploró ELLA.
La hermana XX unió las manos al frente e inspiró hondo.
—Tú acabas de hacerle daño para salvarle la vida. Pero te prometo que me ocuparé de él en persona y que me aseguraré de que sólo sufre lo imprescindible. Te prometo que no permitiré que sufra ni una pizca más de lo necesario. Te doy mi palabra como Hermana de la Luz.
—Gracias. —ELLA contempló el estilete que la Hermana empuñaba. Ésta se lo guardó de nuevo en la manga—. Lo habrías matado. Si hubiera dicho que no por tercera vez, lo habrías matado.
—Cierto. Si hubiese dicho que no, el dolor y la locura del final hubiesen sido grotescos. Se lo hubiera ahorrado. Pero ahora eso ya no tiene importancia. Tú le has salvado la vida. Gracias, Madre Confesora... ELLA.
—Hermana. —ELLA la detuvo cuando la otra se disponía a marcharse—. ¿Cuánto tiempo? ¿Cuánto tiempo tendrá que estar con vosotras? ¿Cuánto tendré que esperar?
—Lo siento, no lo sé —respondió la Hermana sin volverse para mirarla—. Dura lo que dura. Todo depende de él, de lo deprisa que aprenda.
Por primera vez, ELLA sonrió.
—Creo que te sorprenderá lo deprisa que aprende EL.
—Eso es lo que más temo: el conocimiento antes que la sabiduría. Es lo que más me asusta.
—Creo que la sabiduría de EL también te sorprenderá.
—Ruego para que así sea. Adiós, ELLA. No trates de seguirnos o EL morirá.
—Hermana, una cosa más. —El tono de fría amenaza de su voz la sorprendió a ella misma—. Si me estás mintiendo, te mataré. Perseguiré hasta la última Hermana de la Luz y las mataré a todas, pero antes tendrán que suplicarme que las mate.
La Hermana se quedó quieta un momento antes de asentir y seguir adelante.
ELLA la siguió fuera y contempló con el resto de la gente barro cómo la Hermana montaba. EL se mantenía muy tieso encima de un imponente caballo zaino. Mientras esperaba, daba la espalda a ELLA.
Ésta sentía que el corazón se le hacía trizas. Deseaba ver su rostro una vez más, pero EL no miró atrás ni cuando se iban.
—EL, te quiero —lloró ELLA de rodillas.
El joven pareció no oírlo. Él y la hermana XX desaparecieron hacia la nevada pradera. ELLA se quedó sentada en el suelo, ataviada con su vestido de boda, la cabeza gacha y llorando. XX3 le pasó un brazo alrededor para consolarla.
P.D.: ¿Qué sucederá mañana? ¿Emulará a Edmon Dantes urdiendo una maquiavélicamente intricada trama de farsas para resarcirse de aquellos que le traicionaron? Pobre el Lusitano Viriato - "Roma no paga traidores".

jueves, 2 de septiembre de 2010

Sobre gente que deja a otros

Tal día como hoy, además de otras cosas (Facebook/Que no te llame no quiere decir que no te necesite ni que no te extrañe), hace 37 años que nos dejaba uno de los grandes literatos de la historia mundial (Facebook/J.R.R. Tolkien). Si bien es conocido como “el padre” de su temática (no sé hasta qué punto se obvia el carácter ya fantástico de la épica), ya hubo otros escritores más o menos coetáneos que le precedieron en la misma (como por ejemplo Robert E. Howard, del cual también se han hecho unas cuantas adaptaciones cinematográficas como la de finales del año pasado con su bastante aceptable Solomon Kane y todavía está preparándose otra versión de Conan), aunque ello no menoscabe su magnificiencia. A veces esta es denostada por aquellos que habitualmente ni se molestan en descubrir exactamente de qué se trata (Tildándolo de fantasias inútiles. Nada más lejos de su objetivo que entretener imaginativamente. No todo es negocio - nec y otium). Sin embargo a veces se pueden encontrar perlas de sabiduría mayores que en cierto otro tipo de literatura, a veces también algo denigrada, más orientada a ello y que por ahora tan sólo me ha demostrado servir muy lucrativamente a su autor  dando, con una redacción más que cuestionable (y a veces muchísimo más fantasiosa ;) ), supuestas soluciones fáciles a problemas que realmente necesitan de una reflexión mucho más profunda, menos interesada económicamente y dogmática, de la que ofrecen. (justificando esto bastante bien el descrédito y menosprecio que mencionaba)
(Facebook/group.Odio la "filosofía" de caja de supermercado).
Pues bien, de un tiempo a esta parte diversas situaciones me han hecho recordar ciertos textos que compartiré con vosotros, pero como estos serán algo largos os iré dejando diariamente un fragmento con unas cuantas de esas gemas, de otro novelista del primer estilo (Facebook/Terry Goodkind), que sin ser ese su objetivo son muchísimo mejores que otros relatos muy de moda últimamente. Si se logra evadir uno del componente de ficción son unas perfectas situaciones tipo (¿puede incluso que llegasen a considerarse como memes?), que al menos en mi opinión, son muy buena base para desarrollar una reflexión posterior sobre las mismas. Evidentemente para comprender completamente la complejidad real de la historia os recomiendo la lectura íntegra que viene en los respectivos libros, sólo espero no meteros demasiados spoilers.
Dedicado a todos aquellos que se puedan sentir identificados y a cierto alumno que probablemente no conoceré en mi vida.

P.D.1: Un sentido homenaje al maestro.

P.D.2: He modificado ciertas cosillas, que creo que se notarán (algunas son los nombres de los enlaces, pero es que Facebook/Quiero que activen la opción "Denunciar falta de ortografia"). Espero que no me acusen de vulnerar el copyright. ;)

P.D.3: A lo mejor también resulta interesante cierto relato que hace poco escribió Alfonso, con muy buenas postdatas. ;) Me recordó algo a cierto film, que tendré que ver algún día "Olvídate de mí"("Eternal Sunshine of the Spotless Mind"), al menos para echar un rato.

P.D.4: Y sobre todo, como puede discernirse de estas frases del genial escritor portugués que recientemente nos dejó José Saramago, sed críticos y…

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